Londres Febrero 2007 Parte 4
Para los más despistados, Parte 1, Parte 2 y Parte 3.
Pues si habéis dicho el tío grimoso del baño... lo siento, os habéis equivocado fue la primera y la última vez que tuvimos el dudoso placer de cruzarnos con él.
Era el tío del pasillo, sí aquella especie de dios romano.
Estoy completamente segura de que en aquel preciso momento, mi mandíbula se descolgó durante un par de segundos, maravillada ante el perfecto espécimen que estaba de pie, con unos vaqueros y camiseta negra, en el medio de la habitación.
Por lo visto iba a pasar un par de meses, para estudiar inglés, para lo cual necesitaba encontrar escuela, curro y piso, este último en un par de días, puesto que tenía que abandonar el albergue el mismo día que nosotros.
Arf! Y no os sigo hablando de él!
Decidimos aprovechar el resto de tarde visitando la City, y luego dar un paseo por el Támesis, luego habíamos quedado con mi prima, así que teníamos ya la noche ocupada.
Pillamos el Metro, llamado por los locales Tube, y nos dirigimos a la parada de Monument, allí F. consiguió por fin su café extragrande Starbucks, también extracaliente, por cierto... que se queme el primero que lo prueba, pase, pero que el segundo caiga también tiene delito (mea culpa...).
Allí volvimos a comprobar lo enormes que son los semáforos en Londres, y no pude evitar una foto, una pena que no se capte el Look Left y Look Right que te recuerda de que allí los coches vienen del lado contrario al que te esperas.
Luego tuvimos la oportunidad de ver en vivo y en directo varios edificios que habíamos estudiado en clase, como el Lloyds Building, del arquitecto Richard Rogers, o la Torre Swiss Re, de Foster, que ejem, cada uno le busque su parecido razonable (en esta foto no se aprecia demasiado, pero para eso está San Google). Por cierto, si habéis visto la peli de Woody Allen Match Point, el prota trabaja en este edificio.
Siempre que veo por primera vez un edificio que he tenido que chapar, siento una sensación muy extraña, la verdad.
Después de estos edificios empezamos a caminar un poco sin rumbo hasta el Tower Bridge, aquí ya estaba anocheciendo, con lo que empezamos a cruzarnos con un montón de gente con mucha prisa, y nosotros, por supuesto, con muy poca.
Al principio nos parecía raro que tanto tío llevase una rosa, o un ramo, o un regalo en su apresurado caminar.
Hasta que caímos en la cuenta del día que era, San Valentín amiguitos, sí señor, el Día de los Enamorados!!! Un día que se celebra por todo lo grande en la Gran Bretaña, un día de esos que más te vale tener el regalo si quieres postre, vaya.
Os puedo asegurar que nunca he visto tanta flor junta como aquel día, ni tanta cara de prisa en los tíos. Hasta empezamos a bromear sobre los pobres enamorados, sobre si llegarían a su destino a tiempo o si la chica harta de esperarle se habría buscado a otro.
Un paseo por el Támesis de noche es espectacular, en serio, hacía un poco de frío y humedad pero valió la pena.
Vimos el nuevo City Hall también de Sir Norman Foster, y un extraño barco anclado en medio del río, que por las luces parecía más una discoteca que el orgullo de la Armada Inglesa, aunque... "In the Navy... tarara rara rara rá... in the Navy..."
Siguiendo por el borde del río, pudimos ver la ciudad preparándose para la Noche del Amor, del amor capitalista, claro, y todos los restaurantes con sus velitas más románticas y sus mesas para dos.
También nos encontramos con uno de los hoteles Hilton de la ciudad, pensamos en echarle morro y presentarnos como amigos de Paris, pero al final preferimos nuestro humilde albergue, para juntarnos un poco con la plebe.
Cruzamos un puente hacia la otra orilla, casi nos perdimos por unas callejuelas hasta que vimos San Pablo de noche, con su cúpula iluminada y cruzamos otra vez el río esta vez por el Millenium Bridge, ¿adivináis de quien?? pues sí, de Foster, por cierto este puente tuvo que ser "reparado" porque se tambaleaba de una forma alarmante cuando hacía un poco de viento.
Ah! en el centro de los puentes hay unas chapas con unos skylines de lo que se ve desde ellos donde ponen qué es cada cosa, jejeje.
Nos pasamos por delante de la Tate Modern, prometiendo volver con más calma, encontramos el Shakespeare Theatre, y siguiendo en nuestro deambular llegamos al National Theatre, volvimos a cruzar el río desde donde vimos la famosa noria London Eye, y al fondo el Parlamento y el Big Ben.
Luego nos adentramos en el bullicio hacia Picadilly donde había un escocés tocando la gaita, snif snif, morriña, jaajaja, mucha luz, mucho color y muchas más rosas.
Comprobamos que las tías son capaces (me excluyo de esta generalización, y por lo visto a F. también) de pasar todo el frío del mundo con tal de ir supermonas, y en una noche bastante fría vimos a valientes, por no llamarles de otra forma, en vestiditos, muy monos eso sí, de asas, y con sandalias, muy monas también, pero sandalias al fin ya al cabo, caminando con un saludable tono azulado camino de la inevitable cena romántica para dos con velitas "cuanto te quiero churri".
Seguimos caminando, ya un poco cansados, para qué negarlo hasta Trafalgar Square, donde nos quedamos un rato sentados a los pies de la National Gallery. Por cierto, los leones de la plaza son enormes, a su lado, los del congreso español, son una birria, pudimos comprobar que eran más grandes que una furgoneta, ya que había una aparcada allí mismo, supongo que serían de reparación o limpieza o algo.
Después de un par de llamadas más, quedamos con mi prima cerca de nuestro albergue y nos llevaron a cenar a un restaurante de comida asiática que tenía muy buena pinta, y cuya comida a mi particularmente me gustó mucho.
Luego, como no, fuimos a un pub a beber un par de pintas y darnos a una charleta animada.
Ya más tarde, y ante el día de trabajo que les esperaba a nuestros anfitriones al día siguiente, nos volvimos al albergue, despertando al pobre Estefano, y nos fuimos a dormir.
Y fin, que para ser el primer día, cuatro capítulos no está nada mal. Jejejeje. Próximamente más.
Era el tío del pasillo, sí aquella especie de dios romano.
Estoy completamente segura de que en aquel preciso momento, mi mandíbula se descolgó durante un par de segundos, maravillada ante el perfecto espécimen que estaba de pie, con unos vaqueros y camiseta negra, en el medio de la habitación.
Por lo visto iba a pasar un par de meses, para estudiar inglés, para lo cual necesitaba encontrar escuela, curro y piso, este último en un par de días, puesto que tenía que abandonar el albergue el mismo día que nosotros.
Arf! Y no os sigo hablando de él!
Decidimos aprovechar el resto de tarde visitando la City, y luego dar un paseo por el Támesis, luego habíamos quedado con mi prima, así que teníamos ya la noche ocupada.
Pillamos el Metro, llamado por los locales Tube, y nos dirigimos a la parada de Monument, allí F. consiguió por fin su café extragrande Starbucks, también extracaliente, por cierto... que se queme el primero que lo prueba, pase, pero que el segundo caiga también tiene delito (mea culpa...).
Allí volvimos a comprobar lo enormes que son los semáforos en Londres, y no pude evitar una foto, una pena que no se capte el Look Left y Look Right que te recuerda de que allí los coches vienen del lado contrario al que te esperas.
Luego tuvimos la oportunidad de ver en vivo y en directo varios edificios que habíamos estudiado en clase, como el Lloyds Building, del arquitecto Richard Rogers, o la Torre Swiss Re, de Foster, que ejem, cada uno le busque su parecido razonable (en esta foto no se aprecia demasiado, pero para eso está San Google). Por cierto, si habéis visto la peli de Woody Allen Match Point, el prota trabaja en este edificio.
Siempre que veo por primera vez un edificio que he tenido que chapar, siento una sensación muy extraña, la verdad.
Después de estos edificios empezamos a caminar un poco sin rumbo hasta el Tower Bridge, aquí ya estaba anocheciendo, con lo que empezamos a cruzarnos con un montón de gente con mucha prisa, y nosotros, por supuesto, con muy poca.
Al principio nos parecía raro que tanto tío llevase una rosa, o un ramo, o un regalo en su apresurado caminar.
Hasta que caímos en la cuenta del día que era, San Valentín amiguitos, sí señor, el Día de los Enamorados!!! Un día que se celebra por todo lo grande en la Gran Bretaña, un día de esos que más te vale tener el regalo si quieres postre, vaya.
Os puedo asegurar que nunca he visto tanta flor junta como aquel día, ni tanta cara de prisa en los tíos. Hasta empezamos a bromear sobre los pobres enamorados, sobre si llegarían a su destino a tiempo o si la chica harta de esperarle se habría buscado a otro.
Vimos el nuevo City Hall también de Sir Norman Foster, y un extraño barco anclado en medio del río, que por las luces parecía más una discoteca que el orgullo de la Armada Inglesa, aunque... "In the Navy... tarara rara rara rá... in the Navy..."
Siguiendo por el borde del río, pudimos ver la ciudad preparándose para la Noche del Amor, del amor capitalista, claro, y todos los restaurantes con sus velitas más románticas y sus mesas para dos.
También nos encontramos con uno de los hoteles Hilton de la ciudad, pensamos en echarle morro y presentarnos como amigos de Paris, pero al final preferimos nuestro humilde albergue, para juntarnos un poco con la plebe.
Cruzamos un puente hacia la otra orilla, casi nos perdimos por unas callejuelas hasta que vimos San Pablo de noche, con su cúpula iluminada y cruzamos otra vez el río esta vez por el Millenium Bridge, ¿adivináis de quien?? pues sí, de Foster, por cierto este puente tuvo que ser "reparado" porque se tambaleaba de una forma alarmante cuando hacía un poco de viento.
Ah! en el centro de los puentes hay unas chapas con unos skylines de lo que se ve desde ellos donde ponen qué es cada cosa, jejeje.
Nos pasamos por delante de la Tate Modern, prometiendo volver con más calma, encontramos el Shakespeare Theatre, y siguiendo en nuestro deambular llegamos al National Theatre, volvimos a cruzar el río desde donde vimos la famosa noria London Eye, y al fondo el Parlamento y el Big Ben.
Luego nos adentramos en el bullicio hacia Picadilly donde había un escocés tocando la gaita, snif snif, morriña, jaajaja, mucha luz, mucho color y muchas más rosas.
Comprobamos que las tías son capaces (me excluyo de esta generalización, y por lo visto a F. también) de pasar todo el frío del mundo con tal de ir supermonas, y en una noche bastante fría vimos a valientes, por no llamarles de otra forma, en vestiditos, muy monos eso sí, de asas, y con sandalias, muy monas también, pero sandalias al fin ya al cabo, caminando con un saludable tono azulado camino de la inevitable cena romántica para dos con velitas "cuanto te quiero churri".
Seguimos caminando, ya un poco cansados, para qué negarlo hasta Trafalgar Square, donde nos quedamos un rato sentados a los pies de la National Gallery. Por cierto, los leones de la plaza son enormes, a su lado, los del congreso español, son una birria, pudimos comprobar que eran más grandes que una furgoneta, ya que había una aparcada allí mismo, supongo que serían de reparación o limpieza o algo.
Después de un par de llamadas más, quedamos con mi prima cerca de nuestro albergue y nos llevaron a cenar a un restaurante de comida asiática que tenía muy buena pinta, y cuya comida a mi particularmente me gustó mucho.
Luego, como no, fuimos a un pub a beber un par de pintas y darnos a una charleta animada.
Ya más tarde, y ante el día de trabajo que les esperaba a nuestros anfitriones al día siguiente, nos volvimos al albergue, despertando al pobre Estefano, y nos fuimos a dormir.
Y fin, que para ser el primer día, cuatro capítulos no está nada mal. Jejejeje. Próximamente más.
12 comentarios:
Vale, vale, lo reconozco. Estoy verde de envidia :evil:
Me encanta leer estas entradas porque es como revivir los viajes (aish, ¿para cuándo el próximo? ¡mardito curro!)
Yo soy superfriolera así deduzco que nada sepsi, qué le vamos a hacer...
;)
Bueno, me encanta.. y todas las fotos son tuyas? que chulas! Me gusta mucho lo que comentas de los edificios, a veces pienso que me gustaría haber empezado arquitectura en vez de periodismo, pero bueno.. la arquietectura la aprendere contigo, ajajaj
Bezos.
Ruth , mujer, el verde es un color chulísimo, pero vuelve a tu color natural, jejejeje
Tam , no te creas, yo tampoco es que sea muy friolera pero hay ciertas cosas que el sentido común desconseja, y una de ellas es ir por Londres en febrero vestida con un vestidito de seda y zapatos de tiras, hay un invento genial llamado abrigo, jajajajaj
Iago , sí, todas las fotos son mías, jejeje, me siento especialmente orgullosa de la séptima, la del Millenium Bridge, cuando al llegar la vi flipé. Y como te dije en tu blog, yo dudé entre arquitectura y peridismo, bueno, el periodismo lo aprenderé contigo, je :P
hola carabiru,gracias por tú comentario en mi post ajajja bueno
es difícil hacer un post malo cuando el entrevistado es el querido Iago da mucho juego asi que
el mérito es suyo,ademas le tengo que agradecer que gracias a este
post estoy conociendo blog nuevos
como el tuyo asi que voy a darme un garbeo por el besos guapo y gracias
si, che, como no. me vas a decir que ninguna se comio a ese... como es que le decis... "aquella especie de dios romano", "el perfecto espécimen que estaba de pie"???
yo me chupo el dedo, sabes :P
sevemos
pd: despues de tantos meses todavia de acordas??? que memoria la tuya. yo no podria describir lo que hice hace una semana. debe ser el exceso de cerveza eso.
Perdon por no haberte comentado antes,pero es que hay mucho lio.Somos 3 personas en 1 mismo blog.
Pues tiene pinta de haber sido un viaje genial, estaré atento a próximas entregas ;) Por cierto, me ha llamdo la atención lo de los cafés de los Starbucks, no me preguntes porqué pero a esos sitios les tengo una singular manía, no son santos de mi devoción jejeje.
Un besazo!
Si llego a ser tú, me llevo al tío de paseo a buscarle albergue, piso, curro y lo que haga falta.
Pero claro, si yo lo hago, no queda tan raro...
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¡Cuánto tiempo sin historias raras!
Amanuense , de nada chico! y un apunte... soy una chica...
Poio , jejeje, una memoria prodigiosa, y unas fotos que me iban refrescando esa memoria, jajajjaa
mescalino , a mi no me emociona el café, pero reconozco que están buenísimos, o al menos en Londres me supueron a gloria.
Dark Santi , ¿verdad que sí? tendría que haberle acompañado, y de paso mejoraba mi italiano... jajajajjaa
Nada! que gracias por pasaros y dejar huella!
Jo, ya ni me acordaba de que la historia continuaba :(
La verdad es que no sé cómo habría reaccionado yo, pero conociéndome seguro que paso de él inconscientemente u.u'
¡Y ya está bien de restregar todo el mundo sus viajes a Londres, hombreya! XP
Besos!
Londres desde el punto de vista arquitectónico :-)
ES interesante que se pueda ver esta ciudad desde tantos puntos de vista...desde mi web habrás visto mi visión, tan diferente pero tan parecida. Londres, siempre fascinante...
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