14 jun 2013

Cosas que han ido pasando y no escribí aquí (1): Tazas pequeñeciles

¿Sabéis cuando intentas hacer las cosas bien, con tiempo, y todo (o casi) se confabula en tu contra para evitar que ocurra como habías planeado?

Pues algo así pasó con el regalo que le hice a mi chico por su cumpleaños allá por octubre.

Se me ocurrió regalarle una taza. Bueno una para él y otra para mí (me van los regalos desinteresados) porque siempre que iba a Madrid tenía que utilizar una de las tazas de sus compañeros, una muy molona de una cabra subida a una escalera (imagen de la productora Globomedia) pero que no era mía, aunque estaba planeando un robo del que nunca podrían culparme...

Además, era requisito indispensable que fuesen originales, así que puse mis neuronas a pensar, y ojeando el blog Pequeñeces, de mi amiga Etringita, me reencontré con unos ciclistas riquiños que ya me habían enamorado cuando los publicó. A J le encantan las bicis (tiene dos, y las dos rompen la pana de lo chulas que son) y, para mayor gloria de la ñoñez de la que de cuando en cuando hago gala, eran chica y chico, ¿qué más se podía pedir? 

Me puse en contacto con Etringita para contarle mi idea y hacer negocios. Todo lo que tuvo que ver con ella fue como la seda, me hizo un presupuesto por el trabajo de adaptación del diseño para la impresión en las tazas y me sugirió llevarlas yo a imprimir en vez de hacerlo ella para que me ahorrase los gastos de envío. Además de una artista increíble, es una persona fantástica, si algún día hacéis tratos con ella podréis comprobarlo.

Como digo, hasta aquí todo iba perfecto, en tiempo, en precio, en atención al cliente... pero una vez tuve que tratar con otras personas, los problemas no dejaron de aparecer.

Me acerqué a varios sitios a preguntar precios, y aluciné con la incompetencia del personal. Desde los malos modos a la ignorancia absoluta de los productos que venden, pasando por cambios alarmantes de presupuesto de un día para otro y, lo más acojonante de todo, en una de las tiendas me sugirieron recortar la ilustración, que total "la artista no se va a enterar". Con un par. Después del estupor inicial le dije que no iba a modificar una ilustración por la que había pagado, no sólo por el hecho de que me hubiera costado dinero, sino porque me parecía una falta de respeto hacia la persona que había invertido su tiempo en hacerla, y la dependienta me miró como si fuese un bicho raro. Con otro par. 

Total, que el día que fui a encargar las tazas definitivamente, de pronto el plazo de entrega pasó de 5 días a "unos 10 o 12" para acabar siendo, tras mis quejas de que aquello no era nada profesional por su parte, un "como mínimo 15 días, la verdad".

Yo me iba en 8 días a Madrid, y la idea era llevarlas conmigo, así que me fui de allí con un cabreo de tres pares de narices. Y sin tazas, claro.

Intenté contactar con un par de tiendas en Madrid, pero parece ser que tienen correo de contacto en sus páginas web porque quedaba feo no ponerlo, ya que a día de hoy, 9 meses después, no he obtenido respuesta. Me parece increíble, les debe sobrar el trabajo.

Así que llegué a Madrid, y tuve que explicarle a J, en mi tono más dramático y nada sobreactuado, que todo el mundo se había puesto en mi contra para evitar que pudiera hacerle el regalo tan genial que le había dicho que iba a hacerle... sí, soy un poco bocazas, y estaba tan emocionada con el tema que se me escapó decirle que iba a hacerle un regalo muy chulo. Así soy, amigos.

Total, que en un último intento, me acerqué a una de las tiendas madrileñas, y cual fue mi sorpresa cuando me dijeron que en 24 horas tendrían el pedido hecho... ¿qué había pasado con los "mínimo 15 días" de Pontevedra?

Finalmente, y pese a mi indiscreción anterior, conseguí sorprender a J. con el regalo, ya que a esas alturas de la película no se lo esperaba, y creo que le hizo bastante ilusión.




 (Cada una tiene el pollo, símbolo de autenticidad)

Al final las tazas me salieron un pelín más caras que si Etringita las hubiera impreso y me las hubiera enviado, cosa bastante sorprendente, pero entonces no habría tenido nada que contaros a parte de que las tazas quedaron chulísimas. Es el precio de la historia.

Como regalo para Etringita hicimos un par de gifs animados con unas cuantas fotos, podéis verlos en Pequeñeces.