Los últimos días del año fueron un poco tristes para mí.
Binabik no llegó al 2009, y la verdad me sentí peor de lo que pensaba cuando me lo encontré tan quieto en su jaulita...
Binabik no era muy sociable, pero ¿sabéis? le cogí cariño.
Me hacía reír con sus continuas caídas (lo cierto es que nunca tuvo un equilibrio envidiable), con sus ataques de hiperactividad, por la forma en la que corría en su rueda parándose cada 10 segundos a comprobar si su comida seguía allí, por cómo me miraba cuando le cambiaba la jaula y se daba cuenta de que tenía que colocarla otra vez a su gusto...
Me habría gustado que se hubiese dejado coger (sin guantes de cuero de por medio)... pero la verdad es que no se si me habría hecho tanta gracia siendo más pacífico...
Hay que ver, no creo que llegase a los 50 gramos, y le echo de menos...