Anteayer cogí por los pelos el tren a Vigo.
Cuando mi respiración volvió a la normalidad, tuve el profundo y desagradable placer de ver interrumpida mi contemplación de la ría de Vigo a causa de unos gritos.
- Adrián, no empieces.
...
- Adrián, estate quieto.
...
- Espera a que lleguemos, vas a ver.
...
- Tú sigue así, que vas a ver lo que te pasa.
...
- No quiero ni oírte, Adrián.
...
Por más que agucé el oído y levanté la vista, no logré oír ni encontrar al dichoso Adrián, pero aún así, la mujer seguía regañándole.
Llegó un momento en que la situación era tan irritante que me dieron ganas de levantarme y decirle que se callase la boca de una vez, que ni me había enterado de la existencia del pobre chaval, pero que sus alaridos me estaban crispando los nervios (no solo a mí).
La cosa siguió igual hasta que llegamos a la estación de Vigo, donde por fin pude comprobar que Adrián existía y no era la invención de una mente desquiciada.
Adrián resultó ser un chaval delgado y con gafitas, de unos 9 años, que viajaba con la espantosa mujer y dos niñas gemelas de más o menos su misma edad.
La mujer no dejó de regañarle ni un solo segundo, mientras que Adrián solo demostraba cierto interés por las piezas visibles del vagón de tren y algo que solo puedo definir como indiferencia hacia el trato que estaba recibiendo. Incluso llegó a recibir un par de collejas y un ligero empujón, pero en ningún momento abrió la boca ni hizo nada para merecerlo ni para defenderse. La verdad, tenía cara de estar acostumbrado a esas situaciones, cosa que todavía me cabreó más.
Al final me quedé con las ganas de decirle cuatro cosas a la horrible mujer, y aunque creo que no habría valido para nada, eso no sirvió para hacerme sentir mejor.
Pobre chaval...lo peor es que todo eso le va a influir muchísimo en como sea de adulto...:/
ResponderEliminarBesotes
Los niños pueden ser muy cabrones sin hacer ruido. Ya lo veras ( algun dia).
ResponderEliminarPor cierto de muerte mortal el post anterior.
Salu2
Los niños pueden ser cabroncetes, sí, pero hay maneras y maneras de tratarles. Le faltó darle órdenes en alemán como si lo estuviera entrenando, qué perraca!
ResponderEliminarMenudo viaje han tenido que darte. Para la próxima, un consejito: si ves que mejor no decir nada (entre otras cosas porque saldrás escaldada y la señora va a seguir haciendo lo que le de la real gana), utiliza la "mirada de la cobra": quédate mirándola con toda la rabia y el odio de que seas capaz, directamente a los ojos. Se sentirá tan incómoda que hasta a lo mejor se queda muda (temporalmente, claro).
Besos Carabiru.
Ufff... Yo habría sentido lo mismo que tú, Biruliru. Era como para gritar: "Madre de Adrián, estate calladita".
ResponderEliminarGente que no sabe generar confianza y respeto en sus hijos (y no sólo en ellos), y por tanto tiene que abrirse camino a base de órdenes interminables, y muchas veces, contradictorias. Incapacidad personal, que probablemente se transmita a los hijos.
Puede que los niños sean capaces de liarla sin hacer ruido, como dice Dude, pero por experiencia, hay gente que no soporta siquiera que se muevan un poco. Si el niño, llevado por su curiosidad natural, intenta bajar la bandeja del asiento de delante, o abrir un cenicero, o reclinar el asiento, los padres están listos para pegarle una colleja.
¡Estate quieto!
¡No toques el mundo!
¡No lo descubras!
¡No aprendas nada de la vida!
Viniendo del trabajo iba pensando, hay gente que no deberían de ser padres por el mal que causan a sus hijos y por ende al resto de la sociedad.
ResponderEliminarQué asco dan las madres histéricas (y los padres). Yo también he asistido alguna vez a espectáculos parecidos y se queda el cuerpo fatal. Pobres críos.
ResponderEliminarVeinticinco años.
ResponderEliminarUna estupenda carrera; la universidad.
Una canción como "mil kilómetros".
Una señora insoportable con un niño no mucho mejor que ella.
Te envidio.
Desde otro espacio en el que vi comentarios, te mando este saludo.
No cambies.
;-)
Hay madres muy rompebolas....que creen que así demuestran su "dominio" sobre sus retoños..
ResponderEliminarSon animales sin evolucionar.
Apoyo la táctica de Bira...hacerle sentir vergüenza...
Por certo ..tengo algo para ti... te caen a pares...^^
Pasate por la Luna y veras..
Muacas
Klover, ya lo creo que sí...
ResponderEliminarDude, no se, el chaval, en el momento en el que pasó por mi lado no estaba haciendo nada, y no se puede estar quemando a alguien que no hace nada, ¿no? Y sí, de muerte total, jejeje.
Bira, de hecho le eché la mirada del Tigre, pero la muy... sabía que molestaba porque no miraba a nadie a la cara.
JT, qué razón tienes!
Joseenrique, la verdad es que es cierto, hay padres por ahí a los que les deberían prohibir hasta hacerse cargo de un cactus.
Ruth, pues sí, luego se me ocurrieron un par de cosas que decirle... pero ya era tarde.
AlejandroPumarino, :D bienvenido!
Luna, qué tía, dos premios! qué he hecho yo para merecer esto!!! jajajajja, gracias, maja!
Salu2 a todos!
Supongo que ya sería rutina, aunque el niño estuviese atado de pies y manos ella no pararía de regañarle.
ResponderEliminarComprendo a la señora. A mi hermana había que estarle diciendo cada poco rato que no tocara nada, y a pesar de ello, tocaba.
ResponderEliminarEra con veinte años y se puso a tocar los relieves de los Reales Alcázares después de haberle dicho que no tocara nada...
Quizá si hubieses tenido de frente al chaval la entrada sería "¡menudo niño!". Por eso es mejor aguantar el tirón y no meterse, nunca sabes si el niño es un sibilino y las mata callando y resulta que tiene a su madre hasta las narices.
Hay cosas que van con la persona, no con la educación que recibe. Mi sister y yo somos el ejemplo perfecto. Desde pequeñitas, pequeñitas, ella ha sido puro terremoto, y yo, una laguna, y las dos hemos recibido la misma educación.
De todos modos, sí que se pasa mal cuando están riñendo a alguien.
Un beso, Carabiru.
A veces las collejas las merecen los padres...Besos
ResponderEliminarAunque no niego que a veces los niños necesitan un buen reto para hacerle entender las cosas, y hasta un buen cachetazo también (al menos yo los necesitaba a menudo cuando chico), la mujer esa demostró no sólo falta de autoridad sobre su ¿hijo? sino también una terrible falta de educación hacia los demás.
ResponderEliminarPor eso... Adrián, seguí sacándole canas verdes a tu vieja :P
sevemos
El Responsable, sí, eso fue lo que me pareció a mí.
ResponderEliminarVictoria, no se, el rato que estuvieron a mi lado en el pasillo del vagón, yo es que no ví al chaval hacer nada fuera de lo común, y la tía seguía dale que dale, qué cansina era. Que no digo que en otras ocasiones no mereciese una regañina, pero vamos, yo creo que si estás todo el día encima, al final el día que le tienes que echar la bronca de verdad, no le afecta porque ya está inmunizado.
Sol Solito, pues sí, yo a esta señora se la daba con gusto.
Poio, ese yo creo que el problema de esta señora es que no sabe cuando reñir, y como tú dices, no tiene ni pizca de educación para con los demás.
Salu2 a todos!
Mira, a ese lo conozco.
ResponderEliminarLa venganza es un plato que se como frío.
ResponderEliminarPorque, me imagino algún día a la señora en cuestión en el asilo y al tal Adrián haciéndole una visita.
Hola mami! ¿te acuerdas de aquel día en el tren a Vigo?
He trabajado durante 8 añacos en una tienda de ropa para niños, y podría contarte millones de situaciones parecidas...
ResponderEliminarLa gente está fatal!
Un beso guapa